lunes, 1 de noviembre de 2010

SUEÑOS

Zarpa el barco.
Lentamente sube el ancla, suenan los motores de arranque. La tripulación en sus puestos y salimos del puerto.
Miras a un lado y otro y denotas ambos lados de la moneda, aquellos que vociferando, haciendo aspavientos apoyan tu partida desde la orilla y los que desde el hormigón del puerto o incluso desde la quilla de otras embarcaciones miran con recelo la marcha del buque.
Nadie dijo que navegar por estos mares fuera fácil. Como todo en la vida, los primeros momentos de la travesía se hicieron largos, duros, surgieron dudas, pequeños "motines", que con el tiempo y tras largas charlas en los camarotes de los marineros se solventaron de buena manera.
Poco a poco la travesía se hacía más tranquila, llevadera, la furia nocturna del mar se manejaba con decisión y acierto para seguir nuestra ruta con las primeras luces del día, con el Alba.
¿Recuerdas nuestro sueño? Charlaba con un compañero de fatigas sentado en la popa mientras contemplábamos las olas que el buque dejaba a su paso.
¡¡Tierra a la vista!! gritó alguien al atisbar una minúscula parte de nuestro sueño.
Ahora gracias a tantas y tantas cosas y gracias a tantas y tantas personas que me resulta casi imposible enumerar, estamos más cerca de nuestro sueño y lucho cada día por no despertar.

Hiru.-

3 comentarios:

  1. Han sido tantos años en segunda clase y sin privilegios ..... os merecéis la mejor de las travesías.

    Desde la isla donde me llevó la corriente, a priori paradisíaca, os deseo buen viaje a todos.

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  2. Será todo un honor servir en vuestra tripulación, oh capitán... mi capitán!!

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