miércoles, 19 de enero de 2011

Orear

Todas las mañanas, al poco de levantarse uno, hay que abrir todas las ventanas y puertas para "orear la casa". Al parecer de un día para otro el aire se vicia o se contamina o algo así, y es imprescindible la diálisis de oxígeno, aun en pleno mes de Enero.

El poco calorcico que impregnaba el salón después de estar toda la tarde con el aire acondicionado puesto se va como alma que lleva el diablo.

Por otra parte, hay que comprar ambientadores para toda la casa por que tiene que oler bien. Olor que cada tarde se empieza a percibir muy muy sutilmente, pero que a la mañana siguiente desaparece con cada oreo.

Todos los días hay que pasar el plumero, polvo que entra a su vez por cada puerta y ventana abierta por el mismo oreo diario.

Yo alego: "La casa no es un gimnasio ni un bar. No está embasada al vacío. Y no me gustan los olores como la banana silvestre. ¿No podríamos orear por ejemplo el viernes, limpiar el sábado y dejar que el piso huela a NADA?"

Y me dice: "Ahora vas a saber tu de colores".

En fin.

1 comentario:

  1. Te metes en camisas de once varas.
    Orear es importante, es fundamental. Limpiar el polvo es una cuestión que, anclada en la rutina, disuade de otros polvos.
    El ambientador es el invento del futuro ahora que no se fuma en los bares. ¿Te imaginas un bar que use ambientador que huela a humo? Yo, por dar ideas.

    Como bien dices, ahora vas a saber tú de col-orear.

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