lunes, 2 de agosto de 2010

Ser informático

Cuando pienso que puede que me pase el resto de los años laborales que aun me quedan limando teclas, mi alma se estremece, el escroto se me arruga y la "armorrana" me supura. De ser así, mi columna vertebral se habrá metamorfoseado a alcayata, cual símbolo de interrogación cerrada, el píxel habrá destrozado mis apreciados ojuelos y me habré afofado tanto que puede que ya ni alcance a verme el cipote.

¿Por qué?, dirán algunos. Por que ser programador, además que de por sí es un trabajo que te obliga a estar sentado de la misma postura y moviendo sólo lo que hay de codo para abajo, es el aspecto más complicado y a la vez el menos valorado del desarrollo, por que el que todo funcione perfectamente bien debe ser un hecho, mientras que el diseño que se le aplique es lo que al fin y al cabo vende y entra por los ojos, lo vistoso frente a lo funcional. Su puta madre.

Un programador debe siempre estar aprendiendo nuevos lenguajes en todos los niveles, nuevos sistemas operativos y versiones de estos, nuevas bases de datos, mientras que el diseñador, puede que con mucho una vez al año, decida cambiar de programa para hacer sus diseños.

Y la subcategoría del programador, a su vez, pertenece a la categoría de los informáticos, a los que la gente suele imaginar como un hermitaño, friki, pajillero, candidato a Hikikomori, que solo sabe hablar de ordenadores y de lo que ve y hace en su pantalla, disfruta de esas conversaciones y se muere si se queda sin Internet más de una hora. Que se han muerto, háilos, pero no es el caso de la mayoría.

Si ya las horas laborales pueden resultar tediosas y frustrantes (que no siempre, pero con cierta frecuencia) agreguemos, amigos lectores, el resto de horas fuera del trabajo del incauto informático, al que por el simple hecho de serlo, puede aparecérsele derrepente el vecino, al que en todos los años que conoce solo le ha dedicado dos frases, muchísimas veces, sí, pero dos: "Buenos días/tardes/nohes" y "Hasta luego".

Y el vecino, pensando que va a alegrarte el día, o sudándole los cojones, te suelta alguna pregunta del tipo: "a lo mejor sabes por qué no me funciona bien el Feisbuk desde que tengo cuatro barras de búsqueda en Internet Explorer", "¿para eliminar totalmente un virus tengo que formatear también la papelera de reciclaje?", "¿sabes diseñar una estantería con el Autocad?", "Si meto Mi PC en la papelera de reciclaje, ¿Se formatea el ordenador sin perder las fotos de mi perro?". Y a ver cómo te libras sin reirte, mandarlo al carajo o acabar en su mesa, llena de migas de pan, pelos y otros restos corporales, fregando un ordenador que pide la eutanasia a base de mensajes de error, y aguantando el chaparrón de conocimientos esturreados que ha leido en alguna revista informática, mientras te enseña la colección de aplicaciones "PC Megaguay Gigatrónico" del año 1999 como un tesoro*.

Tenemos también al amigo que casi ha descendido al nivel de conocido, que hace siglos que no ves ni hablas con él, pero que tiene tu número de teléfono. Y te llama. Da igual la hora que sea, o que estés comiendo o durmiendo. No sabes quien es por que ya ni tienes su número, y la conversación es: "¡Eh! ¿Que pasa? ¿Cómo va la cosa? Ea... Pues que tengo el ordenador hecho una mierda.", pa zumbar y no echar gota.

Y agreguemos, como no, la cultura informática popular, y algunas de las normas que ya escribí en otra ocasión:


  • Cuando en la pantalla aparezca un mensaje informando de la importancia de los archivos que se dispone a eliminar, ignórela. Elimine y si algo falla, entonces llame al informático.
  • Si el informático intenta explicarle algo aburrido de algún programa, ignórelo. Nos gusta escucharnos a nosotros mismos, una y otra vez.
  • Si al pulsar un botón, un enlace o intentar imprimir algo, el ordenador no reacciona, reinténtelo 40 veces más. Cuando el ordenador empiece a echar humo, entonces llame al informático.
  • No use las ayudas de los programas. Si tiene un informático cerca o en su agenda del móvil, llámelo mejor a él.
  • Procure instalar en su ordenador cualquier cosa que vea en Internet y que no sepa para qué sirve realmente. No hay nada más divertido para un informático que la limpieza de un ordenador repleto de estas aplicaciones.
  • Nunca de las gracias a un informático. Les encanta su trabajo, y encima cobran por ello.
  • Si se encuentra a un informático durante el fin de semana, o de vacaciones en la playa, por favor háblele de cualquier problema que haya tenido con su ordenador. No sabe cuanto echan de menos ese tipo de conversaciones.
  • Si piensa en comprar un ordenador nuevo, pregunte a un informático. Así si alguna vez el ordenador le da problemas, podrá exigirle a él explicaciones, en vez de a la tienda donde lo compró.

Qué oficio éste... Un albañil puede que haga algunos favores a quien le salga del pijo, pero no va a estar siempre arreglando desperfectos "by the face" mientras comentan la nueva línea de Planas y Palustres, creo yo.

En fin, no tomen sus mercedes este monólogo como depresión laboral por falta de metas, ilusión y remuneración. Aun puedo decir que me gusta mi trabajo, aunque intuyo que dentro de no mucho es más que probable que aplique un volantazo y cambie de dirección, aunque quién sabe hacia dónde...

Mensaje de error

Gracias por su tiempo.



* Absolutamente todo lo contado en ese párrafo es experiencia.

7 comentarios:

  1. jajajaja...me he reido mucho, es muy bueno. Cuando des el giro brusco a tu vida me avisas, epro mientras tanto, que te iba yo a decir, he instalado yo un programa en el pc y ahora esto no me va bien....jajajajajajaja

    Enorawena!!

    ResponderEliminar
  2. Sería una verdadera pena que pegases un volantazo. Eres de los pocos informáticos que conozco que son rápidos, se actualizan, cumplen con su palabra y pertenecen al friki 1.0, o sea, la primera versión que todavía mantiene la cordura en la expresión e inteligencia emocional.

    Me suena más a vómito achicharraico que a necesidad de redescubrimiento profesional o, al menos, eso quiero pensar.

    Enhorabuena por la entrada Frijol, tan divertida como real.

    ResponderEliminar
  3. Es una sensación (v1.0) instalada en mi Sistema Operativo, que a veces se inicia sola, lo malo es que cada vez con un puntito más (v1.1, v1.2...), tanto de frecuencia como de intensidad. Quién sabe, quizá si encuentro algún lugar fuera de los muros de Mordor, o consigo crear el mío propio, consiga desinstalarla. Si no, a formatear el disco. Mi Placa es joven.
    Tan solo hay que tener cuidado de que en el intento no te den por el USB trasero.

    ResponderEliminar
  4. Como alguna vez un sabio me dijo, si no quieres que se recaliente, quítale la tapa a la CPU. Probablemente ese cambio de aires te hiciera bien, aunque desgraciadamente hay tantos orcos fuera como dentro de los muros de Mordor.

    Pero estoy con Agustín, para nada cumples los estereotipos del informático pajillero y frikón, has sabido seguir siendo la mejor versión de tí, y si te mantienes fiel a este estilo, todo debe ir bien, confía en los periféricos.

    Un gran abrazo, amigo mío, del eterno educador.

    ResponderEliminar
  5. Acepto tu abrazo, educador de mis entrañas. Mas sigo sin verme con 48 años leyendo nuevos manuales de desarrollo de web 5.0 en chino mandarín (el idioma del futuro)... ¿Qué me dijiste que se podía hacer comprando rizos genitales? ;)

    ResponderEliminar
  6. Aunque no nos conocemos personalmente, las referencias que tengo de tí, son magníficas. Como ya han dicho, sería una pena que dieras el volantazo, pero si eso fuera sí, ¿sabes dónde acabarías?, donde el destino quiera.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Como dice algun libro religioso, "los caminos del Señor son una putada", o algo así...
    Gracias por tenerme en tan alta estima, espero que siga así si oís tronar mi culo en algun futuro encuentro rural ;)
    Abrazos.

    ResponderEliminar