Comentarios

Queridos DIARIANTES:

Voy a dedicar esta entrada a los comentarios. Bueno, como es lógico, a los comentarios y a sus comentaristas. Y tanto es así, que quiero ensalzar con estas humildes palabras la labor de los que, después de leerse una entrada, son capaces de dejar un trocito de su ser y enriquecer cualquier texto que se precie.

Queridos comentaristas, sois la salsa de una reflexión, de una tragedia, del humor, de la pena, del mejor de los textos y de la peor de las entradas. Arregláis cualquier desaguisado y hacéis posible lo imposible. Engancháis a los demás y provocáis reacciones, positivas o negativas, pero bien avenidas frente a la pasividad y la apatía. 

Queridos comentarios, sois tan necesarios que un texto queda desnudo sin vuestro calor, sin vuestro arropo, sin vuestra comprensión. No viviríais en soledad porque vuestra propia naturaleza así lo estipula, comentáis algo, sois complementarios. Pero vuestra labor es tan especial y tan gratuita que vuestra ausencia puede enterrar al más digno de los textos, condenar al anonimato a la más entrañable de las entradas o catapultar al olvido al más afanado escritor.

Queridos DIARIANTES: comentad, cojones, comentad. La vida sin vuestros comentarios no es la misma. El mundo sin vuestra visión sería sólo el de cada uno de nosotros y, para eso, nos estamos quietos. Cuando decidimos casarnos, cuando decidimos compartir nuestra vida con otra persona, esperamos sus comentarios, su visión. Abandonamos la soledad del uno para pasar a la compañía de los dos, del otro, de su visión, de su expresión, de su punto de vista. Comentad, cojones, comentad.

Hoy voy a ser muy breve porque creo que mi mensaje está claro: "No más 0 comentarios en nuestro blog". 

Salud y buenos alimentos, DIARIANTES.

P.D. Pero claro, antes de poder comentar, habrá que participar, que estamos todavía un poco despistadillos con las fechas y las entradas. La madre que os parió. ¡¡¡ A ponernos las pilas ya !!! ¡¡¡Iiiiieeeejjjjhhhhhhh!!!!!