sábado, 4 de septiembre de 2010

LA RECOMPENSA

Cuando escuchamos la palabra recompensa, se nos viene a la cabeza el símbolo del dolar y todo lo relacionado con lo monetario.
Esta recompensa de la que hoy os hablo, para mí, es bastante más suculenta y valiosa.
En nuestro diario deambular por el abrupto sendero de la vida, llegamos a conocer a cientos o incluso miles de personas. Muchas de esas personas, pasan de largo, otras caminarán a nuestro lado durante un período de tiempo, y otras, por mucho tiempo que pase, siempre quedan en nuestro interior.
¿Qué diferencia a unas personas de otras?. En mi caso, el que las personas pasen de largo por mi vida o que queden siempre en mi memoria, estriba en la bondad.
El pasado martes, tuvimos que despedir a una de esas personas que por mucho tiempo que pase, esté o no esté, siempre quedará en nuestro recuerdo.
María Luisa, una compañera que tuvo Susana en Jaén, tras una enfermedad que la ha hecho superarse, sufrir, sentir lo bueno y lo malo, durante casi dos años, nos dejó el martes.
Recuerdo el día de su boda. Hace cuatro años. Fue una ceremonia civil muy entrañable, en la que su hija y los hijos de su pareja hicieron pasar un mal rato a los sentimentales como yo, teniendo que tragar un nudo por no derramar alguna que otra lágrima.
Se le veía tan llena de vida, feliz y radiante...
El pasado martes, estaba rodeada de cientos de personas, personalidades de la Universidad, entre ellos, el mismo Rector. Personas para las que estoy seguro, por sus semblantes, por sus miradas perdidas, por sus comentarios y por sus lágrimas, que María Luis quedarán en su interior por siempre.
Yo quiero esa recompensa.
Descansa en paz.

2 comentarios:

  1. Estoy seguro de que todos deseamos esa recompensa, pero que llegue lo más tarde posible.
    Siento mucho lo sucedido. Transmite mis condolencias a tu mujer.
    Siempre sentimos lo mismo cuando suceden estos acontecimientos: nos damos cuenta de lo importante que es el día a día; desgraciadamente, el mismo día a día, hace que nos olvidemos casi de inmediato.

    Salud DIARIANTES

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  2. Siento mucho lo ocurrido, Vicente. Solo cuando un acontecimiento así nos sacude recordamos cuán frágil es el hilo por el que discurre nuestra vida. Andamos por ahí, convencidos de nuestra indestructibilidad y no somos más que endebles organismos sometidos a la feroz lógica del caos.

    Yo solo pretendo que en medio de esta entropía, seamos capaces de construir momentos que nos recuerden a ese artificio del que tanto hablamos, la felicidad... Lo que venga después de arrugar el labio... Esa será otra historia.

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