sábado, 24 de julio de 2010

Humilde felicidad

Es viernes, en pleno verano, y el reloj del Windows marca lads 14:00. Él abandona Mordor como alma que lleva el Diablo. La travesía, sufriendo calor, sed y hambre, se hace interminable. Llega a su humilde hogar, que en realidad es de un Banco al que deberá pagar plazos hasta que los cuatro pelos supervivientes en su cogote se hayan tornado #FBFBFB. Saluda a su señora, y engullen la comida como los pavos de Manolito Marquez*.

Preparan ambos toda la intendencia para otro fin de semana de verano. Otra pequeña pieza de 2 días del puzzle que este año son sus vacaciones para humildes. Humildes que viven en la economía sumergida o, que estando a flote, viven bajo las órdenes de un capitán de barco que oprime y fustiga a su tripulación con la amenaza de echarlos a los tiburones.

Acuden al lugar de reunión: el islote Mercadona, en el que junto a sus otrs humildes compañeros de viaje, conformando la "Comunidad del anillo (de cuero negro)" se abastecerán de víveres para los dos días de retiro serrano. Por que la Sierra es su destino, "a la somnra de los pinos"**.

Y parten raudos, veloces, sin demora, sin dilación, sin retraso. Son 2 horas de viaje. Son 2 horas escuchando los Terasbetöni "a pijo partío" y viendo cómo de manera lenta pero constante el paisaje pierde olivas para ganar pinos y la temperatura desciende algún grado celsius. Y el Metal Gutural es su guía. Nada puede ya detenerlos.

La carretera comienza a tornarse complicada a la vez que infinita. Curva tras curva, su ansia de libertad se apodera de sus maltrechas almas. Pero todo llega a su fin. Divisan una roca en el horizonte, con unas runas ancestrales grabadas en su faz, que rezaban así: "Camping Fuente de la Pascuala". Las lágrimas afloran, las sonrisas se dibujan, la caca aprieta.

El guardian les asigna su destino, acuquinan los maravedíes esterlinos acordados y las gargantas de los viajeros claman ya por la recompensa esperada, que no será sino el comienzo de una pequeña y a la vez gran epopeya de botella. Y la recompensa surge del interior de una nevera, que aderezada con hielo de gasolinera, guardaba como el más grande de los tesoros, 12 latas de cerveza alhambra escarchadas. Lágrimas como puños, sonrisas cual Krusty el payaso, y la caca... en fin, "esa es otra historia, y será contada en otra ocasión"***.


*Mojinos Escozíos: Las margaritas son flores del campo (año 2001), canción 14.
**María del Monte: "Cántame".
***Michael Ende: La Historia Interminable.

3 comentarios:

  1. Humilde Frijol, los humildes que por aquí nos quedamos en este humilde fin de semana esperamos que disfrutéis, humildemente, con vuestras humildes viandas y vuestra humilde pandilla.

    Humildemente, Agustín.

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  2. Casi huelo los pinos Martinelli. Has descrito perfectamente las emociones serranas. Pero lo de la cerveza Alhambra no te lo perdono, es un brebaje de ínfima calidad incluso para individuos tan humildes.

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  3. Jajaja, humildemente, discrepo. Cruzcampo es la reina.

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