Verónicas y chicuelinas,
manoletinas y bronquedad,
capote y mano izquierda,
un toque dulce y a cuadrar.
Se abren los chiqueros
y un silencio sepulcral
hace parar las agujas,
que las cinco ahora dan.
Suenan los clarines
y timbales al compás,
mientras el humo de un habano
se pierde en la infinidad.
El diestro muerde el capote
mientras no deja de mirar
la salida de chiqueros,
donde se oye el derrote
de con quien tiene que lidiar.
Negro zaino es su color,
y Gamberro le nombraron,
astifinas sus defensas
aunque un poco astillado.
Zapatillas negras,
nazareno y oro,
con el capote en los dientes
se enfrenta el diestro al toro.
Paso al frente,
cita al toro,
suda su frente
nazareno y oro.
Verónica entera
sale suelto y va
detrás del astado
eeh toro, ahh ahh.
El animal para en seco
sus patas, y al mirar
ve nazareno y oro
y un capote que atacar.
Vuelve el astado sobre sus pasos
media verónica clavá
el albero se levanta
y un bufido corta en seco
el silencio sepulcral.
El toro entra al caballo,
por su instinto animal,
atacando al cudrúpedo
con la cruz ensangrentá.
Sale de la suerte de varas
con violencia y con rencor,
embistiendo el capote
que le muestra el matador.
Resopla el albero,
levanta polvareda.
Alza la vista el toro,
banderillas y montera.
Lucha cuerpo a cuerpo,
banderillas y cornamenta,
elige la suerte al quiebro,
la cogida es tremenda.
Mezcla de sangre en el ruedo
de Gamberro y Morenito.
Revuelo de subalternos.
En la plaza miles de gritos.
Gamberro se siente fuerte,
trota libre por el coso,
el diestro blande su muleta,
se dirige al toro furioso.
Cita al toro de lejos.
La primera al natural,
unos buenos derechazos
y con el pase de pecho
a rematar.
Toro y torero se citan
con la mirada ensangrentá
ambos furiosos de ira
deseosos de ajusticiar.
El silencio en la grada
se rompe al comenzar
los sones de la banda
acariciando Marcial.
Una cómplice mirada
entre el diestro y su mozo
indica a la grada
que se acerca el fin del toro.
De manera espontánea
pañuelos blancos aparecen.
pidiendo a la presidencia
que a ese bravo morlaco
el diestro no le de muerte.
La plaza era un clamor.
Los pañuelos eran copos de nieve.
hasta que el pañuelo naranja
tuvo a bien agitar el presidente.
Gesto de alivio del diestro.
De alivio y satisfacción,
porque en la lidia Gamberro,
se había ganado ese honor.
Y como manda el reglamento,
el diestro entró a matar.
Suave toque certero
con la mano, ensangrentá.
P.d.- Que cada uno opine lo que tenga a bien sobre la cultura o incultura que aporta la "Fiesta Nacional".
Por fin un valiente que escoge los versos y su cadencia como forma de expresión. Has sido todo un valiente, aunque no solo por escoger el lenguaje poético, sino por el tema que nos has dibujado.
ResponderEliminarYa adivino el rumor lejano del entrechocar de aceros en la batalla, de los que enarbolan el pendón del toreo como forma de cultura y de los que, al otro lado muestran el blasón del toreo como una forma de tortura.
"Grandes amigos míos y de mis dulces costillas,
hombres de pelo en pecho y de maneras taurinas,
yo me desmarco diciendo que prefiero las corridas"
Ahí queda eso.
Vamos, que me ha gustado mucho que haya poetas entre nosotros. Felicidades Don Vicente!!
ResponderEliminarHombre, maese.
ResponderEliminarAunque tengo que reconocer que el mundo taurino me llega bastante, no es menos cierto que donde se ponga una buena corrida, que se quiten los toros.
Maravilloso y sublime,
ResponderEliminarpor derecho y con buen talante,
Don Vicente habla de toros
e indulta a Gamberro sangrante.
Que ya faltaba en este círculo
un poeta con estilo,
que nos haga vibrar con sus versos
y se acuerde de los siesos
que no ven en la fiesta sentido.
Que viva la verde dehesa,
que viva la grada y el tendío,
y que el toro y su nobleza
acompañen nuestra fiesta,
por los siglos de los siglos.
Con dos cojones.
Enhorabuena Don Vicente. Maravilloso.
No me considero precisamene un sieso.
ResponderEliminarY como mi costumbre es reflexionar,
y opinión es lo que esperáis:
por más que aleguen tradición y sentimiento, siempre veré únicamente
pinchos, sangre, desgarramientos,
ignorancia y ensañamiento,
con un animal que pertenece al campo,
no a un circo de violentos,
que a falta de esclavos gladiadores,
piden sangre de las bestias.
Frijol, frijol:
ResponderEliminarNo te ofendas por lo del sieso,
que como si fueras mi hermano,
retiro el palabrejo
y de honores te engalano.
Reflexionas y comentas,
y yo respeto tu argumento,
pero si no hubiera contiendas
el toro bravo, en las dehesas,
no duraba ni un momento.
Toros y vacas siempre harán falta, ¿o es que tambien son imprescindibles las peleas de gallos o perros para la supervivencia de estos? ¿O no es el toro, como el bisonte, otra especie a proteger? Flojo argumento, compadre ;)
ResponderEliminarCuán hábiles tus palabras, mi querido compañero
ResponderEliminarCuán importante tarea, la que cumplen los toreros
Tarea comprometida, tolerante y sostenible,
que tirando de muleta en la plaza hacen posible.
Cuán hábiles tus palabras, mi querido compañero
Qué manera de entender cómo cuidar de lo bueno.
Los toros en sus dehesas, gracias al torero existen
¿Para cuándo probaremos a hacer corridas de linces?
Parece mentira amigos,
ResponderEliminarafamados detractores de la fiesta,
que digáis que el toro bravo
no se extingue si no se torea.
A ver quién pone campos,
inmensos prados y dehesas
si con la muerte el toro no paga
su lujosa vida, mejor que la nuestra.
Cierto es que no se extingue
como el lince, cualidades,
pero de cien sería uno
y pasando calamidades.
Si mi argumento es flojo,
si evitar sufrimiento queréis,
preocupémosnos de los humanos
que por nuestro propio interés
mueren sin agua, tierra o grano,
sufriendo toda su vida
y bien toreados también.
Oye, no hay nadie más que le gusten los toros. Me van a fundir a mí estos dos.
ResponderEliminarPodría decir Viva
ResponderEliminarPodría decir adelante,
pero mi corazón sólo exclama:
Corridas sí...pero no de sangre!
- Lo poético no quita lo absurdo de mantener un "espectáculo" que ofende a tanta gente y llama "arte" a la violencia.
ResponderEliminar- También los cochinos de bellota viven bien, pero no se monta un circo para matarlos.
- El toro "bravo" no es un toro, es un PitBull, producto de la selección del ambicioso ganadero. Insisto, toros y vacas siempre harán falta.
- Tan solo me queda por oir eso de "al que no le guste, que no mire", o aquello otro de "son bestias, no sienten"...
Frijol, dejemos aquí el tema del toro.
ResponderEliminarLa polémica está servida y ninguno de los dos vamos a solucionarla desde DIARIADOS.
Lo más importante es que ya sé que no tengo que invitarte a los toros por tu cumpleaños.
Jeje.
Oyes Vicente?? Ese entrechacar de aceros del que hablaba?? Cuán diverso es nuestro grupo!!Me encanta!!
ResponderEliminarComo dije en su momento
ResponderEliminartodo el mundo a opinar,
pero que nadie se moleste
pues esa no fue la finalidad.
En defensa del toreo
a mí me queda por decir
que guste más o guste menos
es cultura de aquí a Pekin.
¿Y por qué digo que es cultura?
porque exalta sentimientos
en aquellos que lo ve,
sentimientos que se han plasmado
en escritos, pinturas,
pasodobles y grabados.
Mas siguiendo con mi postura
más os tengo que decir.
Más me parece tortura
tener un cantarín enjaulado,
con la libertad a un paso
y sin de su jaula poder salir.
Y en otro orden de cosas
y si en la lucha nos centramos
guerra abierta en la plaza
entre un torero y un astado.
Uno pesa cincuenta kilos,
y el otro diez veces más.
Uno posee una muleta,
el otro dos astas afilás.
No enfadarse hombre.
Pardiez! Ahora que ambos teníamos las espadas en alto... Por que el entrechoque era lo buscado, mas vuestra merced sabe que nada enturbiará nuestra amistad.
ResponderEliminarPD: He ganado yo :D
PD2: Para exaltar sentimientos están los que patean balones con "la roja". Creo que nadie le ha preguntado a un toro si desea meterse en una plaza a que un tipo engañe a su corto razonamiento con un capote mientras lo pinchan, desangran y atraviesan.
ResponderEliminarBajo mi espada en alto,
ResponderEliminarqueda indultado Martín,
porque acabo de recibir un mail
con el cartel de este año,
toreros y astados,
coso de Santa Margarita,
Feria de San Agustín.
Olé.
Nada de enfados. Viva el arte y la poesía. Y los porros.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBien habréis adivinado
ResponderEliminarque la poesía no es lo mío
y cuanta befa he escuchado
en prosa he respondío
Mas si los catalanes han sido
los primeros en hacer triplete
al mundo de la tauromaquia
puede que le den por el ojete.
Olé como el café.
Nuestros queridos compatriotas Catalanes acaban de prohibir para siempre las corridas de toros en Cataluña, ya es oficial, a partir de 2012 ni una corrida más en la monumental.
ResponderEliminarNo sé que decir, sinceramente son sentimientos enfrentados!
Y llevan razón. Años y años luchando para que los toros hablen catalán y, los miseros astados, de mu en mu. No hay derecho.
ResponderEliminarMe han soplado que todo comenzó porque los toros se negaron a aceptar el estatut y claro, eso en Cataluña ya se sabe que pasa factura...
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