sábado, 10 de julio de 2010

LA PÁJARA

Como ante una cita de la selección en sus viejos tiempos, espectante, ilusionado, e incluso me atrevería a decir que emocionado, venía esperando el gran día... y cuando llega, me da la pájara.

Sólo espero que se entienda que tal pájara viene provocada por encontrarme lejos de la urbe, apartado de los ruidos, recogido en mis pensamientos mientras entre mis dedos se deslizaba algo que me estremecía la piel, era una sensación casi inaudita en el archivo de mis recuerdos, sin querer mirar para no perder la magia del momento... Los ojos cerrados, sintiendo el soplo de las cumbres serranas en mi cara, mientras el sonido del río Guadalquivir me transportaba al edén, aún sin moverme de mi hamaca. Llegado el momento y al inspirar para oxigenar mi ser, un acervo de aromas a romero, jazmín y libertad inundó todos y cada uno de los rincones de mi cuerpo, sintiendo incluso la necesidad de probar, saborear esos olores.
No quería que ese momento acabara, y seguía sin querer abrir los ojos para no romper la magia, quería que aquel momento fuera eterno, llegando a pensar... ¿se necesita más para ser feliz?

Nunca pensé que el alegre jugueteo de una gota de cerveza entre mis dedos, pudiera despertar tantas buenas sensaciones en mi persona.

Sólo espero poder volver a disfrutar de momentos como el narrado el próximo fin de semana, el otro, el otro, el otro...

Hiru-

2 comentarios:

  1. Menuda gota de cerveza esa... Este finde, probablemente el viernes, compartiremos unas cuantas.

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  2. Joe, pues el romero, el jazmín y la mariguana son mis plantas preferidas. En el Edén también me han dicho que han llevao a nuevas acompañantes y, si además, hay cerveza, pues tírale que nos vamos capitán.

    Muy bien narrado, nos has transportado allí. Enhorabuena.

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